En la actualidad, nos podemos encontrar dentro de nuestro sector varias tipologías de informáticas en las compañías de seguros.
Existe la compañía que apuesta por una informática actualizada al día, hasta llegar al otro extremo que es la compañía que está trabajando con las herramientas de hace 12 años.
Dentro de estas compañías, siempre teniendo presente la capacidad del departamento de informática, podríamos identificar las siguientes tipologías:
• Desarrollo propio (riesgo de quedar desactualizado a nivel tecnológico)
• Paquete informático de más de 10 años (por tipología de producto es un cliente cautivo, estar atado a un proveedor)
• Paquete informático actual y moderno (nos da la ventaja de estar actualizado y tener la posibilidad de obtener las fuentes)
Sin entrar en todos los posibles indicadores que nos pueden señalizar cuando debemos plantearnos realizar un cambio de aplicación, hoy os voy a dejar varios indicadores que tienen bastante peso dentro de esta decisión, porque van alineados con la producción y con la parte más estratégica de la compañía.
Un indicador muy, pero que muy importante que se debe tener presente en la actualidad es la facilidad de conexión; es decir, debemos tener una aplicación web, porque nos facilita el acceso de nuestra red de distribución, porque para el personal de la compañía es también más fácil el acceso ya que no se debe instalar nada en cada máquina y porque podemos dar acceso a nuestra plantilla y a nuestra red de auxiliares y profesionales desde cualquier punto.
Otro indicador que debemos grabarnos a fuego es el “time-to-market”, un concepto que damos por hecho que lo tienen todas las compañías. Sin embargo, es increíble ver el tiempo que se tarda desde que se diseña un nuevo producto partiendo de la nota técnica hasta que se crea en producción. Se puede decir que se están aplicando unos tiempos que no son acordes a la potencia que podemos encontrar en la actualidad.
Debemos tener un taller de producto alineado con las necesidades estratégicas de la compañia, que nos de la flexibilidad de dar de alta un nuevo producto en cuestión de horas (poner que en cuestión de minutos sería abusar pero es la realidad), tener la posibilidad de añadirle reglas de negocio y puestos a definir el marco ideal poder añadirle un ‘workflow’ (bpm) en el proceso de creación.
Finalmente, os dejo un indicador que puede pasar más desapercibido pero es igual de importante: la usabilidad. Una vez que nos embarcamos en el cambio de aplicación, es imprescindible buscar una solución que sea 100% usable por parte de usuario, que, en definitiva, será la persona que explotará dicha aplicación.
Estos son, solo, algunos de los indicadores. Pero la lista es más larga.